Para Coria el municipio dolorense con las intervenciones en la costanera destruyen un patrimonio natural

El biólogo Gerardo Coria criticó el uso que se le está dando a la costanera por parte del municipio de Villa Dolores, sostuvo en Radio Verdad que “dejaron de lado” la reserva y llevan a cabo distintas acciones sin planificar o evaluar el impacto ambiental.
“Para el Ejecutivo, el río y la ribera no forman parte de la reserva y eso es algo que no tiene lógica, hasta ahora no nos contestaron el pedido de informe (…) no logramos respuestas claras y se sigue avanzando en el sendero o en la deforestación que están haciendo y que ellos llaman “limpieza”, dijo y sostuvo que el municipio se “pone trabas” así mismos.
Ahora parece que tienen miedo de que la reserva se ponga en funcionamiento y nos dicen que no pueden actuar sobre el río porque es jurisdicción de la provincia y eso es real pero los municipios que tienen un río al lado tienen el derecho y el deber de proteger al río.”
Añadió que quienes integran el Órgano Consultivo, no se expresaron hasta el momento, “Ellos nos dicen que lo que se está haciendo no está tan mal y que se puede mejorar, el problema es que se está haciendo todo sin planificación.”
Coria tiene pocas esperanzas de recibir una respuesta formal ante el pedido de informe que se hizo, “Es una costumbre que tienen de no contestar los pedidos de informes y me parece que el problema es que los ciudadanos nos conformamos, ellos tienen la costumbre de no contestar y esperar que las cosas se diluyan.”
“Estoy convencido de que la única manera de recuperar el río es hacer un área protegida, pero se hizo una ordenanza y después cuando hay que hacer algo concreto se niegan y se usan chicanas porque no tienen argumentos, es muy grave lo que está haciendo la Municipalidad de Villa Dolores porque hacen una ordenanza, después la niegan y dicen que no pueden hacer nada, cuando en realidad se cansaron de meter maquinas”, cabe destacar que entre otras cosas, en el informe se pide que el municipio presente las autorizaciones de la secretaría de Medio Ambiente para las intervenciones que se realizaron, “La gente tiene derecho a enterarse lo que se está haciendo en el río, se está destruyendo un patrimonio natural que es de todos nosotros, y la destruyen con acciones que son contrarías a la lógica y la Provincia hace la vista gorda a todas las cosas que hace el municipio.”
El biólogo aclaró que el sendero no es el “problema” lo que cuestiona es que se hizo dentro de un área protegida por lo que se tiene que cumplir con ciertas pautas, “Puede ser muy lindo el sendero, pero se está interviniendo en el río sin ninguna planificación y eso es negativo ambiental y ecológicamente para el río, yo no sé si lo hacen por ignorancia o porque tienen algún otro objetivo, pero están destruyendo el ambiente natural, destruyeron un montón de plantas diciendo que están limpiando y eso es muy grave para el ecosistema, estamos perdiendo bosque protector que es el que está a la orilla de los ríos y eso va a tardar 40 ó 50 años en recuperarse.”
Esto escribió y difundió Gerardo Coria para visibilizar lo que está sucediendo
Esto pasa en Villa Dolores, Córdoba, y podría ser un caso único en el mundo:
Un municipio que en 2018 promueve y crea a través de la Ordenanza N° 2543 un Área Protegida llamada “Río de los Sauces”, cuyo objetivo es proteger ese curso de agua y sus riberas (una deuda de muchísimos años con uno de los últimos ambientes naturales que rodean a la ciudad) y que, acto seguido, busca cualquier excusa para evadir su implementación (¿?)…
Cuando parecía que algo se había entendido y que por fin se lograba un avance en materia de conservación para Villa Dolores y la región, la actual gestión municipal decide incomprensiblemente ponerse trabas a sí misma en su deber de proteger el río, aduciendo que éste y su ribera no estarían incluídos en el Área Protegida y que no puede actuar en ese espacio de ninguna forma… Sin embargo, incurriendo en una contradicción monumental, desde hace años y hasta la actualidad la municipalidad gasta dinero y utiliza maquinaria y personal para realizar intervenciones sin ningún plan ambiental ni autorización de la Sec. de Ambiente, provocando daños y modificaciones (principalmente desmontes y trazado de calles) al frágil ambiente del río, que es el más importante de Traslasierra y cuyo bosque de ribera está categorizado por ley como “Bosque protector”. Esta situación, por otra parte, es ampliamente conocida por las autoridades provinciales hídricas y ambientales, que no hacen absolutamente nada para evitarlo.
Y no es que no ha habido disposición de personas y organizaciones para colaborar con las autoridades municipales de esta y anteriores gestiones, porque durante años fueron muchas las invitaciones, reuniones y ofrecimientos desinteresados de trabajo, conocimientos e ideas para revalorizar, recuperar y proteger el ambiente natural del río. Pero como si fueran presa continua del Síndrome de Procusto (ese por el que algunas personas, por temor a ser superados o cuestionados, rechazan compulsivamente a todo el que tiene ideas diferentes a las propias o que ellas no tuvieron antes), los funcionarios resisten o ignoran de mil formas y usando cualquier artimaña, a veces rozando lo absurdo, esa colaboración…
Lamentable papel de las autoridades municipales y provinciales el que le toca soportar al pobre Río de los Sauces en su tramo final, pero que se repite en toda su cuenca. El Río ensalzado por canciones locales, valorado económica y turísticamente, requerido y usado por todos cuando el calor atormenta, pero incomprendido e ignorado ecológicamente y, desde esa ceguera, manoseado sin respeto alguno y maltratado. El Río que cada día se degrada un poco más bajo el efecto de aguas negras, basura, invasión de cemento y alambrados, motoguadañas, machetes y topadoras, y que va perdiendo así su capacidad de ofrecer los servicios ecosistémicos que disfrutamos y de los que dependemos todos en este Valle.
Es urgente la creación de Áreas Protegidas para todo el Río de los Sauces y su cuenca, sin duda. Pero más urgencia hay -si queremos que esas herramientas de ordenamiento y protección de la naturaleza funcionen y no sean sólo buenas intenciones- de que las personas, según su grado de responsabilidad en la sociedad y comenzando por quienes fueron elegidos para tomar decisiones, comprendan que la ecología no es una moda sensiblera, ni materia de opinión infundada de cualquiera que visita, en este caso, el río, sino una ciencia hoy central e indispensable para mantener una vida digna y sana, y que por lo tanto merece un sitio de importancia en la base de las decisiones políticas, que son las que pueden cambiar para mejor la realidad.